sábado, 25 de abril de 2015

Te iré a buscar a donde estés despierto

A veces me muero de ganas de que vuelvas, 
de ir a buscarte.
De que te salgan alas para venir volando hasta mis pies,
hasta mis manos,
hasta mis parpados cansados de cerrarse en tu ausencia.
A veces mi colchón maulla,
y tengo que recordarle que te has ido,
que no tienes alas, ni vas a presentarte en mi mundo irrumpiendo, como siempre,
si llamar a la puerta.

A veces se me olvida que ni querer que vuelvas debo querer.
Que no eres nadie, y que yo no soy nada,
que no debería haberte conocido, ni olido,
ni experimentado.

A veces quiero que irrumpas, como siempre,
sin llamar a la puerta.
Salir a buscar señales de que estuviste aquí hace algún tiempo,
buscar mordiscos, cicatrices, conchas, 
buscar luces, noches, rastros, prendas.
A veces no soy más que el concepto vacío de mi cuerpo,
que busca llenarse de la vida que me dabas.

A veces me imagino, 
cómo quiero explicarte que vuelvas.
A mi, a mi vida.
A veces me imagino que hubiera sucedido,
si hubiéramos encontrado esa ballena azul, ese unicornio negro.
A veces, quiero que vuelvas. Que vueles y que vuelvas.