domingo, 20 de abril de 2014

A mi amor verdadero

Si hubiera sabido que aquella era la ultima vez que te miraba frente a frente, que me escuchabas, que te sentía cerca mía, que podía besarte, acariciarte e incluso anclarme en tus brazos. Si hubieras sabido todo lo que tenia por decirte, todo lo que tenia por contarte, todo lo que sentía. Me es tan difícil ahora no pensar en ti, no rescatar tu nombre del olvido un solo día, pensar que podría haber sido si hubiera tomado otras decisiones, si hubiera elegido otros caminos, si hubiera tomado tu mano.
No se cuantas veces más sentiré la necesidad de pedirte perdón, por esta situación en la que me encuentro ahora, porque quizá si hubiera arriesgado hasta mi ultima carta, de otra felicidad estaríamos hablando. Me resulta tan amargo andar por esas calles, oler esos olores, revivir esos recuerdos, me resulta tan amargo pensar que quizás un día no vuelva a verte, y que quizás nunca tenga la oportunidad de decirte lo mucho que te amo, lo mucho que te necesito, lo mucho que te lloro, y lo mucho que me odio por no mirarte a los ojos y decirte que quiero que seas solo mio.
Supongo que estoy en este sin vivir por hacerle caso a la cabeza y no al corazón. Con todo lo absurdo que resulta buscarte, llamar tu atención, sabiendo que nada de eso cambiara las cosas, ni la distancia, ni mis decisiones, pero cuanto me gustaría deshacer lo andado ahora.
No te imaginas lo mucho que te recuerdo, las tardes muriéndonos de amor en cualquier rincón de aquella vieja ciudad, las puestas de sol, los inviernos en los que no nos importaba que el frío calara nuestros huesos, o congelara nuestra naríz, las despedidas llorando hasta exprimir el corazón, y esos reencuentros en los que el alma se me salía por la boca, triturándome las uñas y haciéndome la estrella del pop, las peleas en las que nos matábamos el uno al otro, en las que nos encontrábamos y empezábamos otra vez. Incluso los recuerdos que siendo muy nuestros jamás han sucedido, aquellos que solamente hemos imaginado. Ojala tú lo recuerdes como yo, ojalá pudieras dar respuesta a destape sentimental, a esta cruzada con el pasado en la que me encuentro sola, sabiendo que nadie jamás será capaz de comprender la agonía del paso del tiempo sobre las palabras, que nadie habrá capaz de comprender esto, mejor que tú.

¿Y ahora que me queda?, ¿deshacerme en perdones?, supongo que sabes bien que nada orgullosa me siento de todo el daño que te he hecho, también se y comprendo que no entiendas porque me lanzo en busca de otros labios, en busca de otros ojos que brillen un poco más que los tuyos, porque si se mejor que ninguna princesa de cuento que todas esas chorradas del amor verdadero, del primer amor, son ciertas, porque me hago la sorda, la ciega y la muda. Bueno, yo tampoco logro comprenderlo. Supongo que prefiero aceptar que a pesar de que eres mi primer amor, y que jamás querré a nadie como te quiero a ti, tu y yo, no podemos ser uno. Supongo que me es mas fácil verte pasar y pensar hacia mis adentros: ¡Ahí va, el padre imposible de mis hijos!

Si hubiera sabido en aquel momento, en aquella playa, con la luna llena mirándonos, que algún día no tendría la posibilidad de gritarte hasta dejarte sordo que jamás voy a olvidarte, pase lo que pase y estés dónde estés, lo hubiera hecho. Si hubiera sabido que un día como es hoy, tendría que conformarme con los recuerdos de nuestra historia, que efectivamente, si que se hizo leyenda, jamás habría tropezado de esa manera. Y es que algunas promesas de verdad se cumplen, y como una vez te dije: Jamás te querrán como yo te quiero.
Ahora se que es lo que siento, y aunque ya no pueda volver atrás, sigo esperando que algún día de estos mi cabeza se calle y deje hablar a mi corazón. Tan solo rezo para que sientas lo mismo que algún día sentiste por mi.