domingo, 13 de diciembre de 2015

Pobre del que entienda, lo que escribo

Siento pena, pena de los pobres, 
que no creen en las casualidades, 
pena de los pobres, que creen en el destino.
Siento rabia, y siento pena, 
por aquellos que no te han conocido.

Pobres de los que no han danzado bajo la lluvia, 
pobres, de los que no han sentido los ríos de sangre, 
bajo su lengua al contar una mentira, 
pobres los que no han oído, el silencio más profundo,
desgarrando todo el ruido, que podría haber roto,
si no fuéramos unos pobres desconocidos. 

Pobres los que no han llorado, pobres los que se han rendido,
pobres los que han caído, y pobres los que no han vivido.
Siento pena, por aquellos que no han amado,
siento pena, por aquellos que se han perdido. 

Pobres aquellos, que pretendan vivir su vida, 
como si ya hubieran vivido. 
Pobres aquellos, que temen lo desconocido. 

Siento pena, y siento rabia, 
por ser una pobre, desgraciada, 
y pobre, que siente pena y rabia,
de haberte tenido.