jueves, 30 de junio de 2016

Reminiscencia

Puedo sentir aún el calor de agosto, la luna tiritando de amor, las canciones de Rock and Roll recorriendo y electrificando mi cuerpo. Aún puedo sentir latir tu corazón a través del mio, y aun puedo ver tu alma reflejada al mirarme a mi en cualquier espejo. Y si las olas vuelven a romper mi silencio, quizás sea otra cosa la que diga, quizás caiga sobre mi el peso de mis cien mentiras. Si volviese a llamar el verano a mi puerta, los días efímeros y a la vez eternos de aquel majestuoso verano, tal vez no se si esperarían encontrarme a mi, rota, cansada, indispuesta, tal vez sigan esperando a aquella niña viva, alocada e inquieta. 
Puedo decir que he pagado aquel pacto con el diablo, por dejarme vivir la más bonita y amarga de las historias, puedo decir que he pagado el precio de la arena y la sal impregnando mi vida, mi mente, mis recuerdos, mi pasado. 

Puedo decir que después de aquello no se si sigo viva, no se si confundo el resto de mis días solo con una mera sombra de lo que aquello fue y que todos los recuerdos venideros del futuro están viciados por la sombra del ayer. Puedo decir, con la mano en el pecho, que aún te miro y me encuentro a mi riendo, amando, viviendo. Puedo decir que aún te miro y no se como explicar mi vida sin mencionarte a ti. 

Y es que puedo sentir ese calor de agosto, te juro que puedo sentirlo.