lunes, 23 de enero de 2017

No soy una aburrida princesa

Tú y yo, estábamos ahí, 
antes incluso de que existiéramos tú y yo, 
ya estábamos. 
Y yo, una vez más, que sigo siendo yo sin ti, 
he decidido hacer la guerra por mi cuenta y revelarme contra mi misma, 
mis sentimientos, y las burdas promesas de que nadie me querrá como me quieres, 
tú a mi. 

Porque he decido hacerlo yo, por ti, 
y dejar quizás que otros me quieran menos, 
peor, o a lo loco, pero que no se disfracen de ti. 
A ver si esta vez no apareces vestido de príncipe 
y voy directa a la boca del lobo, 
que no se duerme tan bien pero se disfruta mejor. 
A ver si ahora, 
que me he descubierto siendo vagabunda y no princesa, 
a ver si va a ser, que me he descubierto a mi. 

Y ahora que el cielo, es el cielo,
las rosas no son todas rojas,
y el aire ya no me huele a ti, 
he decidido no apurar más las ganas, 
desquitarme un poco, 
y no más amores de invernadero, por favor, 
que las cosas fáciles salen mejor. 

Y es que tú y yo, siempre seremos tú y yo, 
o es que fuimos tú y yo, 
y ya no hay ni un tú, ni un yo, 
y mucho menos un nosotros. 
Y si mi yo se ha ido, espantado por tus quereres no queridos, 
por la falta de sentido y enseñar los dientes como muestra de cariño. 
Y tu tú, ya no se comunica con mi yo en el mismo sentido. 

Ahora que puedo elegir, elijo esos tú que me brindan la oportunidad, 
de ser mil yo. 
Esplendida, completa e inmejorablemente, 
yo.
Y es que joder, yo siempre he sido yo, 
sin ti.
Totalmente yo.