lunes, 24 de abril de 2017

Versos a quemarropa

Tal vez, y digo tal vez porque la certeza se vuelve traicionera en la boca del ser humano y nos sacude la razón como un torbellino. Tal vez, estés en lo cierto y sea una bala perdida. De esas que nunca se sabe de donde salieron y sin ninguna razón aterrizo en tu sien hiriendo además todo aquello que encuentro, dejándote sin aliento y sin vida. Una bala perdida, de esas que no tienen dueño y tampoco razón de ser. Que no eligen su destino, ni tampoco su recorrido, ni la piel que atraviesan a quemarropa.
Y quizás con mis besos herí más de lo que curan mis palabras y los agravios que me mantienen con vida rompen aquello que me la concedió y la libertad, así como tus cadenas, me vengan tan grandes, que soy capaz de escabullirme no en silencio, si no con un ruido tan atronador como un disparo a media noche.
He quemado mis naves y en medio de este vacío, de este eco ensordecedor, ni te busco ni te dejo de buscar y cuando te encuentro las palabras que antes pensaba, no terminan de aterrizar. Y tus oídos cansados de plegarías y de versos que hablan del edén se regalan, quizás, a otros labios, que saben quererte más pero no mejor. Y yo, como una bala perdida, que no se apuntar, provoco catástrofes en otras vidas y me poso en otros labios, que saben quererme más fuerte, pero no mejor, tal vez.

Y marchándome y no terminándome de marchar, y hablándote sin mirarte a los ojos, susurrando al viento para que así, como una maldita bala perdida atraviesen tus oídos estas suicidas líneas. Y así tal vez, sin certeza ninguna, vengas tú a mi, como una bala perdida. Nuestros ojos se encuentren y no hagan falta más palabras que las que puedan decirse nuestros ojos y no haga falta calor y que no haga falta ni tan solo el aire que se respira, porque yo respiro tu cuerpo y tú el mio. Y quizás así, no haga falta soñar.

Tal vez, y sin un ápice de certeza digo que solo tal vez, consiga apuntar hacía tus labios y con un rayo de suerte te deje con vida, y una vez más volvamos a empezar.