miércoles, 8 de marzo de 2017

Solo tardaré un segundo

Solo duró un segundo. 
Un beso, una caricia, una mirada, 
solo duró un segundo. 
Igual que pronunciar tu nombre 
entre lo cálido de las sábanas, 
lo mismo que duró,
 un suspiro la primera vez que me besabas. 

Solo fue una madrugada la que pasamos juntos, 
pero fueron cientos en mi memoria, 
fueron tantas en el recuerdo. 
Y el adiós no tuvo ni siquiera ese segundo. 
Solo duró un segundo, 
tus manos en mi cadera pero sujetando mi mundo 
y sobre la arena caían mis razones, 
mis argumentos, mis límites y mis esquemas. 
Y solo tardaron un segundo.  

Solo un segundo, 
rodaba una lágrima el día en que decidí marcharme, 
solo un segundo. 
Y es que a veces no tener ningún motivo para quedarse, 
son más mil razones para irse, 
pensé en solo un segundo. 

Porque solo un segundo me basta para explicarte mis motivos, 
y también para callarlos me basta, 
porque a veces los olvido,
cuando vuelves a pasear por mi cabeza, 
en solo un segundo. 

Y ese segundo es capaz de derribar mis teorías, 
del olvido, el recuerdo y el amor 
Del mar, la sal y la arena. 
El tiempo, la playa y el azul de tus ojos.
Solo un segundo y te escribo el mejor de los poemas. 
Solo un segundo en mi mente,
te basta para quebrar mis ideas.

Porque es tan fugaz ese segundo,
y pesa en el alma como mil primaveras, 
anhelándolo, 
ese segundo en el que vuelvas. 
Y cuando acabe te marches, 
y ese segundo se detenga.