sábado, 25 de febrero de 2017

La otra cara de la Luna es una A

Como has crecido pequeña. Esta cara de tonta no me la quita nadie al encontrarte en el espejo y es que me has sorprendido sorprendiéndote, parece complicado pero no lo es tanto. Y es que cuando se trata de ti, no existen límites y las vueltas que da la vida al lado de tus viajes a la Luna, se quedan muy cortas. Porque no existen palabras que puedan describirte, atraparte, encasillarte, atarte o definirte. Porque así eres tú, volátil, impredecible, cambiante, confusa, decidida, incierta, sí, incierta. 

Quién iba a decirnos, a mi, a ti, a las dos, que te sanaría el corazón. Y que lo que antes era imposible ahora es más que probable, que lo que antes era impensable ahora está siendo, que ahora sabes más que nadie de promesas quebrantadas, de olvidos y de encuentros, porque tú has sido todo eso. Y ahora, ahora estas de vuelta, en uno de tus viajes de regreso a la Tierra. Dónde el príncipe azul resultó que no era más que un cuento muy poco realista y la verdad, muy poco deseado. Resultó ser que te habías enamorado mil veces de la persona inadecuada, que habías confiado mil veces en el enemigo y que la verdad estaba a dos patadas y mil kilómetros más de distancia de dónde tu estabas empeñada en buscar. Y que al final puede que el que busque no encuentre, pero sí sea encontrado. 

Ahora mírate, con mil batallas en tus ojos y con la ilusión brotándote del pecho, de vuelta a confiar y a creer en relaciones imposibles, dispuesta a apostar todo a una mala jugada. Porque a veces lo malo también resulta ser bueno, o quizás simplemente sabe mejor. Porque como dice mi madre, no es infierno si te gusta como quema. Y tú, me quemas despacito. Y es que eres malicia con delicadeza, la pregunta que buscaba entre todas mis respuestas. Porque haces fácil lo turbio, haces llegada la espera y arrasas con todo mi cuerpo y me dejas sin nada y al mismo tiempo eres capaz de dármelo todo solo en una palabra. Me haces ser peor persona y joder, eres justo lo que buscaba. 

Vuelve de regreso a la Luna y dentro de unos cuantos Lunes, recuérdame a qué sabían esos besos y cómo quemaba esa piel, cómo os pertenecíais y erais libres y cómo lograste enamorarte otra vez. Y por encima de todo, sigue creciendo pequeña.