viernes, 17 de mayo de 2013

Versos tristes

Letal, certera, esquiva. 
Ni siquiera noto su calor y ya me está sonriendo.
Inesperada, arrogante, atrevida.
Ni siquiera ha llegado y ya su ausencia me consume,
sobreviene, casi como si se tratara de una cacería,
me consume.
Y yo, como las aves fluyen en el cielo,
como estas letras atraviesan el papel,
me dejo llevar.

Seductora, maldita, evocativa.
La busco en tu regazo y no la oigo pasar
cuando sigilosos sus pies descalzos ya se escuchan.
Otros la escuchan pero no la ven pasar.
La persigo y no la hallo.
Me halla y me persige.
Me embauca y me abandona,
escurridiza la pierdo una vez más.
Con la fugacidad de un rayo,
que desconoce en los breves segundos en los que cae
su intensidad,
viene a por mi y cuando por fin me arropa su candor,
se va.

Mal amante, cuando te drisfrazas de crueldad.

Latente, magnífica, consoladora.
Me enredo contigo entre los bosques de la libertad,
me bajas la luna,
me regalas la vida.
Te anhelo y te desnudas ante mi alma,
no cabe en mis ojos tu inmensidad.
Tanto te había llamado y por fin acudes,
que bien se siente uno suspendido en tu gravedad.

Ya te noto vibrar por cada rincón de mi cuerpo,
¿Cuándo has llegado Felicidad?