jueves, 11 de diciembre de 2014

Una huida de mi, conmigo



Letales y certeros eran tus ojos, tu lengua y tus dedos,
y mi piel carente de memoria táctil ya no recuerda,
el juego de estos por mis recovecos, ¿o si?, ¿o no?

Estas palabras, estas ies que con sus puntos acarician,
el velo de tu aliento rompiendo a quemarropa los cercos de mi piel,
estas aes que le bailan la danza de la lluvia al recuerdo de nosotros,
de nosotros dos.
Puede que hayan cortado con su ira estas palabras,
los hilos que nos unían, y este corazón,
latente de mentiras, te haya desterrado.
Puede que esto sea otra simple agonía,
de mi pasado bailando un tango con tus pupilas.
Puede que estas no sean las últimas líneas que yo te escribo,
y que en otra galaxia, en otro instante,
otros nosotros se estén conociendo.
Y otra niña tonta con tinta este sangrando, los recuerdos,
de un amor que ya esta muerto.

¿Vendrás algún día como el asesino a deleitarse a la escena del crimen?
Recordando la masacre que has cometido conmigo,
¿le darás paz a este montón de huesos en los que me has convertido?
Yo solo soy el fruto de una bala perdida,
de las armas de fuego que eran tus palabras,
y en este papel que es el campo de batalla,
me estoy desangrando.
Y el amor que era el motivo de la guerra se ha fugado,
y solo estoy yo, bailando un tango con el olvido,
que descarado me pisa los pies.
Y vuelves tú a conquistar lo que ya ha sido tuyo.

Esto es solo una huida de mi, conmigo.

Es el fruto de tus colmillos marcados en mi cuello,
y de tu veneno haciendo estragos en mis venas,
es la fiebre del amor, cuando se convierte en condena.