sábado, 25 de abril de 2015

Volverte a ver otra vez

Abrazado a la tristeza, volverás pegado a mi alma.
Una vez más buscando sosiego, desterrando al espíritu nostálgico,
que busca estar contigo, nunca estando.
Verás nuevamente al que te ama, y lo verás muerto y enterrado, 
enterrado en el olvido y desterrado en tus recuerdos. 
Lo verás borracho de quebraderos, y me verás enloquecida de atardeceres,
de marejadas, de lunas nuevas. 
Volveré a verte yo a ti, como tantas veces te había visto, y volveré, 
sin duda, a ver tus ojos, que tantas veces me habían hechizado, una y mil veces más lo harán entonces.
Volverás a verme, enmohecida y arrugada, porque el tiempo no perdona
ni al olvido, ni a la esperanza
Volverás a verme resurgir entonces, cuando ya no sea tuya,
y las cadenas me den tregua, desarmando esta trinchera y enterrando el hacha.
Solo entonces habrá acabado este eterno abrazo que tanto ahogaba.
Este llanto, que estrangula las gargantas y la sinfonía de los tristes entona, 
y la melodía de los mudos de amor y de locura, guarda.
Se callará hasta el silencio que nos murmuraba.
El viento, que traía tu nombre hasta mis labios se pronuncia ahora, más dulce, en boca de otras tantas, con más calma. 
Volverás, volveré y volveremos, a encontrarnos abrazados a la tristeza o pegados a nuestras almas.