domingo, 17 de mayo de 2015

Yo, toda una mentira

Yo era la que le susurraba a tus manos,
dónde estaban las espinas de aquellas rosas, 
yo era la que releía tus pensamientos, 
y los aclaraba en las mañanas, 
y los enmudecía con mi cuerpo desnudo entre tus dientes. 
Yo que era tu confidente y entre secretos nos amamos,
y en secreto nos odiamos. 

Yo era quien sobre volaba por tus celestes pesadillas, 
por tus oscuros sueños, 
yo era quien ocupaba tus pupilas,
y yo era, era tuya. 

Yo que sin ti, no estoy perdida, 
pero tampoco me encuentro. 
Yo que no busco, a sabiendas de que no estoy aquí,
ni sin ti, ni contigo, ni conmigo, ni sin mi. 

Yo era tu mentira, 
y tu más cruel verdad.
Yo era tu herida, yo era tu ternura, 
yo era una paloma que anidaba en tu recuerdo,
y que migrando volvía a tu vida, cada verano, 
yo que me creía mía. 

Yo, siempre yo,
tan etérea, desvaneciéndome entre tus brazos,
y saboreándome en tu café, 
yo, sonando en cada balada, 
sonando en cada mar, sonando en nuestro mar. 
Yo, escurriéndome por tu espalda en cada gota de agua,
que se esconde en los recobecos de tu cuerpo, 

Yo, tu luz,
la voz que te calmaba, 
la chispa que encendía tu alma. 
Yo que me alejo, y me acerco en lo lejano,
y me aparezco entre tus sueños.
Yo que te quiero, y sin embargo no te quiero,
y a guardo en silencio, esperando a poder quererte,
a poder ser querida, por ti. 

Yo, ni conmigo, ni sin ti.