Jamás pensé que sentiría lo que siento,
que me caería, con el alma al suelo
y que apostaría todo al amor.
Jamás pensé verme tan lejos
y tan cerca de ti.
Ni escribiendo versos tristes,
sobre los más bonitos ojos,
que jamás yo vi.
Y es que me ha sorprendido la vida con sus reveses,
y el destino con su resquemor.
Me ha sorprendido una lágrima en el centro de una sonrisa,
y el pesar de un beso de verano, en abril.
Jamás pensé que no volvería a oír el mar,
ni a oler la sal de tus brazos,
ni a bañarme de sol como se bañan las flores.
Jamás pensé quererte hasta hacerme llorar,
ni llorar hasta dejarte de querer
y serlo todo para ti,
sin ser de mi.
Y es que me han sorprendido los años,
haciendo mella en nuestra cama,
haciendo mella en las baldosas de esa
triste, pequeña y odiosa ciudad.
Me ha sorprendido el olvido
llamando al balcón, dónde tu solías llamar.
Jamás pensé echar a correr,
y llegar a volar.