jueves, 11 de junio de 2015

Vivir nos está prohibido

El mundo se pasa la vida girando, 
y la vida se pasea por el mundo,
soñando estar quieta. 
Las vueltas nos marean, 
pero volar nos obnubila. 
El vértigo nos da angustia 
y el miedo nos quita el sueño, 
y en este mundo en el que no somos nada, 
y lo somos todo, 
queremos que todo vuelva, 
y romper con todo. 

Nos pasamos el día viviendo, 
y cuando la noche llega soñamos con seguir vivos, 
y vivimos y nos desvivimos, 
y viviendo nos vamos 
y viviendo venimos. 
La vida es un dulce y es un tormento. 

En este mundo en el que el cielo no termina, 
y el mar se funde con lo eterno, 
saltar al vacío nos aterra, 
y pensar no es obligatorio. 
Cicatrizar es una opción 
y desertar un desencuentro. 

Vivir nos está prohibido, 
y la osadía descansa encerrada 
en el pecho de unos tantos, 
en las piernas de unos pocos, 
en ese cielo que no termina 
y no recorremos, 
en ese mar que es eterno,
pero que para algunos termina, 
para los que sueñan ser eternos. 

La vida nos espera, 
en esos andenes a los que no bajamos, 
en esas carreteras abandonadas de vida, 
en esos besos que nos callamos 
y en esas palabras que vagan, 
buscando ser pronunciadas. 

La vida girando, y nosotros soñando estar quietos.