miércoles, 15 de julio de 2015

Un recordarme que es mejor así

Aunque me apriete el frío, y mis ganas de soñar hayan migrado hasta tus brazos, aunque mi corazón ande pegado a la suela de tu zapato, y mis poesías terminen danzando entre tus ojos, enrojecidos por el alcohol. Aunque mis palabras se hagan eco de tus palabras, besadas por otros labios y anheladas por otros oídos. Aunque nuestros caminos se hayan cruzado, en este punto de inflexión, en el que no soy, ni sin ti, ni contigo, en el que no eres, ni conmigo, ni sin mi. 

En esta acera en la que abrimos ventanas, tendemos puentes al olvido y avanzamos con pies de plomo, entre unas tinieblas que aún así, se ven, mucho más claras que nuestro futuro juntos. Porque si algo entendimos con claridad, fue, que era menos peligroso estar solos que cerca, el uno del otro. Aunque mis pies vayan a ningún lado, buscando tus brazos, o un mar en el que ahogar canciones, tratando de entender, promesas muertas de esperar, hastiadas de olvido, desiertas de esperanza. En esta acera en la que me da por escribir bluses, estrofas sin magia, inventarios grises, en este sin sentido en el que trato de recordar que es mejor así, ni contigo, ni sin ti. 

Aunque el frío apriete, y aunque mi nombre se haya perdido entre los recuerdos de tardes lluviosas, del olor a hierba mojada, de la sal del mar en nuestra piel, de la arena que paraba el tiempo, de las puestas de sol que eran eternas, de los veranos que congelaban corazones, Aunque el tiempo le haya sentado bien a mi pequeña cicatriz, que en palabras como esta amenaza con volverse a abrir, sigue siendo menos peligroso alejarme de ti.