martes, 6 de septiembre de 2016

Y yo la miro

Mírala volar, 
mira como sus pies despegan del suelo y sus alas, 
sus alas son sus ojos, 
sus alas son sus manos y el viento sus palabras. 

Mírala como trepa, 
en cada sueño por mi sangre 
y en cada latido por mi cuerpo 
y en cada lágrima por mis mejillas. 

Mírala como siente 
y es que con cada pisada tiembla el mundo, 
tiemblan mis piernas 
y se me encasquilla el corazón,
cada vez que ella se para y me toca, 
se para el mundo con ella y ahora vuelo yo, 
volamos juntos. 

Mírala como renace, cada día, 
más bonita, más grande, más ella. 
Mírala como vive, como ríe, como explora, 
cada centímetro de vida 
y luego regresa hasta mi para contarme lo que ha visto, 
lo que ha sentido, lo lejos que ha volado. 

Mírala, porque te aseguro que es todo lo que cabe en mis pupilas 
y cuando la miro se, que no me haría falta nada más en este mundo, 
ni respirar si quiera, nada más que verla volar,
porque cuando ella me mira,
 es el mundo el que vuela. 
Y ya no hay nada más, que el aire de sus palabras, 
mis alas que son sus ojos, 
que son sus manos,
ya no hay nada, 
nada más que ella.